AVA GARDNER (1922-1990)
Ava Lavinia Gardner, una de las diosas de la belleza de Hollywood, nació el 24 de diciembre de 1922 en Grabtown, Carolina del Norte (Estados Unidos), en el seno de una familia numerosa dedicada a tareas agrícolas en una plantación sureña de tabaco.
Cuando creció y se convirtió en una hermosa adolescente, su cuñado, que se dedicaba a la fotografía le saco una instantánea para ubicarla en el escaparate de su establecimiento.
La casualidad fue que un ejecutivo de la Metro Goldwyn Mayer se quedó prendado de la chica que aparecía en la fotografía y quiso de inmediato contratarla para hacerle una prueba. Era el año 1940 y Ava se trasladaría a Hollywood sin dudarlo ni un momento.
Durante los primeros años de su contrato las apariciones de Ava Gardner serían muy breves, pudiéndosele ver en títulos como "H.M. Pulham Esq." (1941), un film de King Vidor, o "Kid Glove Killer" (1942) de Fred Zinneman.
Su estatus en Hollywood fue creciendo con títulos como "Three men in white" (1944) y "She went to the races", ambos dirigidos por Willis Goldbeck.
Su gran oportunidad llegaría con la película "Forajidos" (1946), un film realizado por Robert Siodmak que supuso también el descubrimiento de Burt Lancaster. A partir de "Forajidos", Ava Gardner se consolidó como protagonista y en los últimos años de la década de los 40 intervino en títulos como "The Hucksters" (1947) de Jack Conway, "Venus era mujer" (1948) de Billy Wilder y William A. Seiter, "Mundos opuestos" (1949) de Mervin Leroy, "Soborno" (1949) de Robert Z. Leonard, o "El gran pecador" (1949) de Siodmak.
El 10 de enero de 1942 una jovencísima Ava Garner(19años) contrae matrimonio con Mickey Rooney, pero su matrimonio resultó un fracaso y duró escasamente un año.
Ava Gardner con Mickey Rooney, recién casados en 1942.
Ella es una completa desconocida y el, el actor más famoso del momento, playboy consumado desde los 15 años y capaz de conquistar a cualquier mujer. Ava, por el contrario, aun es virgen. Los separa también otra cosa: 10 centímetros de altura a favor de ella. Mickey lleva mucho tiempo esperando ese momento, ha llegado incluso a amenazar a su patrón, Louis B. Mayer, con dejar de trabajar para él porque el magnate quería impedir la boda. Pero ahí están los dos, nerviosos, sobre todo el pequeño Mickey, deseando ponerle las manos encima a la chica más guapa de Hollywood. Hasta ese momento, Ava, que ha recibido una educación muy represiva, ha mantenido al actor a raya, y hasta a un directivo de la Metro que quiso propasarse con ella.
La noche de bodas, los novios beben demasiado y ella termina escondida en el baño. Cuando se decide a salir, encuentra a su ya marido durmiendo a pierna suelta. La siguiente noche fue la buena. No pararon hasta el amanecer. Años más tarde, el experimentado Mickey Rooney describía esas horas como “una sinfonía de sexo”. A si siguieron toda la luna de miel y durante el año que duró el matrimonio. Amor rencoroso: ella se burlaba de su estatura, él decidió humillarla al leer públicamente su agenda de “amiguitas” y detallar sus especialidades sexuales.. La carrera de Ava aún tardaría en despegar, pero acababa de nacer un mito, el de una de “las mayores devora hombres” que recuerda Hollywood.
Como luego le pasaría con otras muchas parejas, en la cama todo era estupendo con Mickey, pero fuera las cosas no resultaban tan idílicas, sobre todo porque el siguió haciendo su vida al margen de Ava. Ella decidió dejarlo y empezó a ser acosada por otro gran seductor de la época: el magnate Howard Hughes,amante, entre muchas otras de Katherine Hepburn, Bette Davis o Rita Wayworth. Ava se había resistido durante meses al hombre más famoso de su tiempo y ahora iba hacer lo mismo con el más rico. Incluso muchos sostienen que no llegó a haber sexo entre ellos. ¿los motivos? A ella no le gustaba Hughes.
Es más, le daba un poco de repelús la falta de higiene de él y hasta tenía miedo de que le contagiara una enfermedad venérea.
Pero si fueron amigos, o algo parecido, porque el insistía e insistía pidiéndole matrimonio cada vez que se encontraban. Una costumbre que se mantuvo durante décadas y que nunca obtuvo una respuesta afirmativa por parte de Ava. Hughes, además, la espiaba y llenó su casa de micrófonos. La extraña relación entre el magnate y la actriz estuvo llena de peligros. Ella casi le mata en el transcurso de una pelea. Hughes le levantó la mano y Ava cogió un cenicero de mármol y se lo estampo contra la cabeza. Otra noche, mientras ambos recorrían las calles de los Angeles en coche, se cruzaron con Faith Domergue, también actriz, prometida de Hughes y de solo 17 años. La joven empezó a perseguirlos con su deportivo y no cejó en su empeño hasta que consiguió estrellarse contra el lado derecho del coche de Hughes, donde viajaba con Ava. Por fortuna, a ninguno de los tres le ocurrió nada.
Su segundo marido fue el músico Artie Shaw, con quien contrajo
matrimonio en 1945 para divorciarse en 1946.
Con una existencia tan ajetreada resulta difícil saber quién fue el hombre más importante para Ava, aunque en cierta ocasión le preguntaron y ella respondió que había sido su segundo marido, Artie Shaw. El era un músico muy popular y ella se enamoró perdidamente de él. Primero vivieron juntos y luego se casaron en 1945. Artie, mucho más culto, despreciaba a Ava y hasta le puso una lista de libros que tenía que leer. Ella obedeció y según dicen, ”el animal más bello del mundo” se fue de luna de miel con “el origen de las especies”, de Charles Darwin, debajo del brazo.
La década de los 50 fue la mejor época profesional para Ava Gardner ya que intervino en proyectos cinematográficos tan relevantes como "Magnolia" (1950) de George Sidney, "Pandora y el holandés errante" (1951) de Albert Lewin, "Las nieves del Kilimanjaro" (1952) de Henry King, "Los caballeros del Rey Arturo" (1953) de Richard Thorpe, "Mogambo" (1953), película de John Ford por la que fue nominada al premio Oscar, "Melodías de Broadway" (1953) de Vincente Minnelli, "La condesa descalza" (1954) de Joseph L. Mankiewicz, "La cabaña" (1957) de Mark Robson, "The sun also ris es" (1957) de Henry King o "La hora final" (1959), film dirigido por Stanley Kramer.
En 1951 se casó con Frank Sinatra, la relación con su tercer marido no fue menos tormentosa.
Casada seis tomentosos años entre 1951 y 1957, relación que hizo correr ríos de tinta, y que fue seguramente el amor de su vida. Se cuenta que aún en su vejez, escuchaba en su casa los discos de Frank.Los celos, las infidelidades, los gritos, las peleas y las apasionadas reconciliaciones se sucedieron durante los años que estuvieron juntos,en un tortuoso matrimonio que duraría hasta 1957. Cuando rodó "La condesa descalza", Ava se enamoró de España y desde ese momento pasaría largas temporadas en tierras españolas admirando el arte del toreo y bailando flamenco.
Para el, fueron los peores momentos de su carrera. La decisión de separarse de su primera mujer, Nancy, para estar con Ava, no fue bien aceptada por muchos de sus fans, que decidieron darle la espalda y escribirle miles de cartas de repulsa.En mitad de esa crisis, Ava se marchó a Europa para rodar pandora y el holandés errante. Francis se quedó solo en Estados Unidos y perdió la voz en la mitad de una actuación.Los médicos le recomendaron reposo absoluto, mientras su prometida llegaba por primera vez a España y conocía a su primer torero: Mario Cabré- luego vendría Luís Miguel Dominguín-. Ella dijo que fue solo una noche, pero todo el mundo cree que entre Ava y Mario Cabré hubo más que eso.
Ava Gardner y Luis Miguel Dominguín.
Las fotos y las noticias llegaron a Estados Unidos y “el pobre Francis”como le llamaba Ava, sin un duro, pero con un collar de perlas y seis botellas de Coca-cola debajo del brazo, se presentó ante su amada. El collar de perlas, eso si, fue requisado en la aduana. A Cabré, por su parte tuvo que quitarle de en medio el equipo de la película, porque según decía, quería matar a Sinatra. El romance con el torero no impidió la boda 1950. Tampoco la carta que Ava recibió de una de las supuestas amantes de Sinatra poco antes de la ceremonia y que, al parecer, se la habría hecho llegar Howuard Hughes. Lo que no pudo ser fueron los hijos.
Al menos, hasta dos veces se quedó embarazada Ava Garner mientras duró su matrimonio con Sinatra y las dos decidió abortar. Una de ellas durante el rodaje de Mogambo. La actriz tubo que ser trasladada hasta Londres para que la sometieran a la intervención y, según algunos, ese hijo no era de Sinatra, sino de alguien que participó en la película. ¿Clark Gable? Imposible, el estaba ocupadísimo con la futura princesa Grace Kelly. Durante los años que vivió en Madrid siguieron los excesos y los escándalos. Si hacemos caso de todos los testimonios que hay, Ava no paraba nunca. Bailó flamenco encima de todas las mesas de todos los bares de la capital-muchas veces, sin ropa interior-,se bebió todo el vodka, toda la ginebra y todo el whisky que encontró. Y por supuesto, la lista de hombres que pasaron por su cama incluye hasta el mismísimo Fary – o eso decía él-. Gente m,as seria, como su biógrafo Lee Server, cuenta otras anécdotas, como que le prohibieron la entrada en algunos de sus locales favoritos, como el restaurante Horcher, por tirarle una copa encima al dueño del local, o en el Hotel Ritz, por orinar en el vestíbulo. Quienes también sufrieron las juergas de la actriz fueron sus vecinos del piso de abajo, en la calle Doctor Arce de Madrid: Juan Domingo Perón y su mujer, Isabel. Al principio la relación fue cordial, pero se acabó estropeando después de muchas noches sin dormir por la música, el baile y los gritos de esa fiesta continua que era la vida de Ava. Cuentan que,cuando los perón ya no aguantaron más, recurrieron a Franco. La guardia civil se presentó allí, pero no pudieron hacer gran cosa: junto a la actriz había 10 soldados americanos de la base de Torrejón y tampoco se trataba de provocar un conflicto diplomático.
Durante sus años en Madrid, la actriz trabajó muy poco.
Si aceptó trabajar en la Biblia, una coproducción dirigida por John Huston, donde conoció a George C.Scott, con el que vivió una atormentada relación que puso otra vez su vida en peligro. Scott, un “ex marine” que llevaba años sin beber, volvió al alcohol junto a ella.
El tiempo que pasaron juntos podría resumirse en un parte de lesiones múltiples que incluiría en un mechón de pelo arrancado a ella, un hueso roto-también de ella, aunque dicen que fue Ava pegándole un puñetazo a el-, quemaduras en la cara de Scott después que le metiera la cabeza en la chimenea, etc..
O sea, un autentico infierno.
Dentro de las pocas películas que hizo en esta década son destacables "55 días en Pekín" (1963) de Nicholas Ray, "La noche de la iguana" (1964) a las órdenes de John Huston y "Siete días de mayo" (1964), film dirigido por John Frankenheimer.
A finales de los años 60 Ava Gardner dejó España debido a problemas con el fisco y se trasladó a Gran Bretaña, en donde permanecería hasta su muerte. Ava protagonizaría varios títulos cinematográficos de poco interés y trabajó en series televisivas hasta su fallecimiento a causa de una neumonía en Londres el 25 de enero de 1990. Tenía 67 años.
De belleza capicúa y angulosa, Ava podía fundir con una caída de pestañas la frase que siempre se pone en boca de Jean-Luc Godard: Para hacer una película solo necesitas una mujer y una pistola. ¿Un arma? El arma, el látigo, viene de serie en el Animal más Bello del Mundo. Porque Ava, igual que la protagonista de La mujer pantera (Jacques Tourneur, 1942) o como la Pícara de X-Men (Bryan Singer, 2000), solía poner en peligro a cada hombre con el que entraba en contacto. Todo estaba perversamente programado para que Ava Lavinia Gardner fuera Ava Gardner. Mantis religiosa y mujer-placer (alcohol, hombres, joyas) como oposición a la mujer-madre (nunca lo fue), es la suma de las grandes damas del cine, de Marlene Dietrich a Elizabeth Taylor, pasando por Lauren Bacall o Lana Turner. Y también de los personajes femeninos más poderosos: la fogosa y carnal Carmen, la fría vampiresa Lulú, la Barbarella de los grandes estudios, la mujer fatal del cine negro y la Lolita inculta y rural. Gardner era todo esto. Por eso los hombres se desmayaban a su paso. Y por eso gustaba a las mujeres que, para pavor de sus parejas, ganaron poder laboral y autonomía sexual mientras sus novios estaban en el frente de la Segunda Guerra Mundial.
Ava era como una enfermedad que porta la mujer y se manifiesta en el hombre, por lo que hacer inventario de los señores a los que hizo perder la cabeza es ideal para conocerla y también sirve como hilo conductor de su biografía. Y es que volvió locos a muchos: de Mickey Rooney (su primer esposo) al torero Luis Miguel Dominguín, de Howard Hughes al gigoló de una playa mexicana, de Fidel Castro a John F. Kennedy (antes de ser presidente), de Kirk Douglas a Robert Taylor, de David Niven a Frank Sinatra, su tercer marido
Ava Gardner nació en 1922 en la pequeña comunidad rural de Brogden, en el estado de Carolina del Norte. Creció en el ambiente rústico del campo, en el seno de una familia muy pobre de cultivadores de tabaco y algodón, junto con sus seis hermanos, de los cuales ella era la menor. Su madre, Molly, era una mujer bautista de orígenes irlando-escoceses e ingleses y su padre, Jonas Bailey Gardner, era un hombre católico de ascendencia irlando-americana e indoamericana (Tuscarora). Cuando los hermanos aún eran pequeños, la familia Gardner perdió la propiedad que tenía en Brogden y Jonas Gardner se vio obligado a trabajar como aserradero y su madre, Molly, como cocinera y ama de llaves en el colegio mayor de Brogden.
Al cumplir Ava 13 años, toda la familia se trasladó a Newport News, en el estado de Virginia, esperando mejorar su suerte. Pero, en poco tiempo, ante las dificultades de encontrar empleo, tuvieron que volver a mudarse a Rock Ridge, un suburbio de Wilson (Carolina del Norte). El año 1935 su padre, Jonas Gardner, murió de bronquitis y Ava y algunos de sus hermanos decidieron acudir a la escuela de Rock Ridge con el fin de graduarse. De esta forma, Ava pudo ir posteriormente a clases de secretariado en el Atlantic City Christian College
Con 18 años, Ava se había convertido en una bella joven de ojos verdes y una preciosa melena de color castaño. Así, el año 1941, mientras estaba visitando a su hermana Beatriz en Nueva York, el marido de ésta, que era fotógrafo, le pidió si le podía hacer algunas fotos y, satisfecho con el resultado, decidió colgarlas en el escaparate de su Estudio Fotográfico de la Quinta Avenida.
Dio la casualidad de que, mientras sus fotografías estaban expuestas en el establecimiento de su cuñado, Barnard "Barney" Duhan, un cazatalentos de los estudios Metro-Goldwyn-Mayer, las vio y decidió ponerse en contacto con ella. Duhan entró en la tienda y pidió su número de teléfono pero, no consiguió que nadie se lo diera. Finalmente, se fue comentando que "alguien tenía que enviar información de ella a la MGM" y su hermana lo hizo inmediatamente. En poco tiempo, Ava, que aún era una estudiante del Atlantic Christian College, viajó de nuevo a Nueva York para entrevistarse con los directivos que la MGM tenía en las oficinas de la ciudad y aquel mismo año se le ofreció un contrato de siete años con la compañía. En 1941 dejó la escuela para ir a Hollywood con su hermana Beatriz y lo primero que hizo fue ir a clases de arte dramático y de dicción ya que su acento de Carolina del Norte era prácticamente incomprensible.
Fue en el año 1942 cuando comenzó a intervenir como protagonista en películas y en los siguientes años actuó en numerosas producciones de modesto presupuesto como La casa encantada (1943), una comedia de terror que pertenece a la etapa de decadencia del gran Bela Lugosi, o Three men in white de 1944, una comedia-drama de médicos en la que intervenían también Van Johnson y Lionel Barrymore.
Los años dorados
Su gran oportunidad llegó en 1946 con dos títulos: el thriller Whistle stop, en el que tiene un papel principal junto al mítico -y hoy olvidado- George Raft; y el drama negro basado en una historia de Ernest Hemingway Forajidos, donde se lucía junto a un también jovencísimo Burt Lancaster y al siempre excelente Edmond O´Brien. Esta última película será la que la ponga en el mapa dentro de la industria de Hollywood.
En los siguientes años despunta en The hucksters (junto a Clark Gable), Venus era mujer (comedia más bien bobalicona pero simpática) y Soborno (1949), estupendo thriller dramático donde actúa maravillosamente junto a Robert Mitchum, según la leyenda otra de sus conquistas amorosas.
A partir de aquí, comienza su reinado como estrella encadenando producciones de muchos medios para los grandes estudios, y realizando memorables interpretaciones. Sobresalen: El gran pecador (drama moral -que no moralista- con grandes trabajos de Gregory Peck y Ethel Barrymore y un guión impecable, donde Ava está bellísima), Mundos opuestos (1949, donde la actriz encaja perfectamente en pantalla junto a los siempre magníficos James Mason, Barbara Stanwyck y Van Heflin), Pandora y el holandés errante (1951, fascinante drama onírico-vanguardista, donde Ava actuaba con James Mason y otra de sus sonadas conquistas, el torero Mario Cabré, rodando el film parcialmente en España y llenando los titulares de la prensa de la época. En esta etapa comienzan sus escalas en Madrid, sus estancias en España y sus amores (con Luis Miguel Dominguín, etc).
Rodó Magnolia, remake de una legendaria obra musical de Broadway, donde actuó con convicción y buen hacer, aunque finalmente los productores decidieran que no utilizase su propia voz. Trabajó con Howard Keel y Agnes Moorehead. Siguieron otras dos películas: Las nieves del Kilimanjaro (su segunda obra de Hemingway, en África y junto a Gregory Peck y Susan Hayward) y Mogambo (1953), film de inusitada popularidad dirigido por John Ford y donde Ava se «merendaba» a la bella Grace Kelly -interpretativamente hablando- y brillaba con maestría (fue justamente nominada al Oscar) al lado de un imponente Clark Gable.
Ava Gardner en "La Condesa descalza".
Tras Los caballeros del rey Arturo, clásico del cine de aventuras medievales, con Robert Taylor y Mel Ferrer en lujosa producción de la Metro, Ava comienza a atravesar algunos problemas personales y de salud. Todavía brilla en La condesa descalza, en un papel inspirado en la vida de Rita Hayworth, donde da lo mejor de sí misma y logra una de sus mejores caracterizaciones -si no la mejor-, acompañada nada menos que por Humphrey Bogart, y también de Edmond O´Brien, Rossano Brazzi y Valentina Cortese.
Luego llegan films de menor éxito y/o entidad pero en los que se disfruta con la presencia de la actriz: el drama romántico-de aventuras Destinos cruzados (junto a Stewart Granger), la comedia de origen teatral La cabaña (junto a David Niven), su tercer Hemingway llamado en España Fiesta (al lado de Tyrone Power en una de sus últimas interpretaciones) y el drama On the Beach, sobre las consecuencias de la explosión de una bomba nuclear, que Stanley Kramer rodó en 1959 y donde Ava realizó una de sus mejores composiciones al lado de Gregory Peck y Fred Astaire.
Durante todo este tiempo, la actriz fue encasillada como estrella de gran atractivo físico, calificada por la publicidad de su estudio como «el animal más bello del mundo».
Declive escénico
Los años 60 van a cambiar todo esto, tanto porque Ava Gardner va envejeciendo como porque cambian los gustos del público.
Ella encuentra mayor dificultad a la hora de encontrar papeles de altura, pero tres películas sobresalen de esta etapa. En 55 días en Pekín, realiza una memorable encarnación de una condesa arruinada en medio de una revolución anticolonial, con Charlton Heston y David Niven a su lado.
55 días en Pekín
Siete días de mayo es casi la mejor película norteamericana de trasfondo político de la década, y una de las mejores de su director -John Frankenheimer- donde Ava compartía cartel con Burt Lancaster, Kirk Douglas y Fredric March). Por último, con La noche de la iguana (dirigida por John Huston y basada en la obra teatral de Tennessee Williams), Ava destacó junto a Richard Burton y Deborah Kerr.
Sin embargo, merecen recordarse también sus apariciones en películas que no tuvieron tanta fortuna comercial o artística: La Biblia, superproducción dirigida por John Huston, y Mayerling, en la que trabajó con Omar Sharif y Catherine Deneuve.
A partir de 1969 Gardner se instaló en Londres, donde vivió parcialmente retirada. En los años 70 vio reducida su actividad profesional, en parte tras rodar un par de títulos que fueron verdaderos fracasos en taquilla, y entonces entró en un franco declive, debiendo aceptar papeles de menor enjundia en cualquier película o serie de televisión donde la llamasen y le pagasen bien, para sobrevivir.
El animal más bello del mundo
En su día, dos películas de los años 70, El juez de la horca y Terremoto no fueron grandes éxitos, pese a ser cintas dignas y bastante apreciables y pese a las buenas interpretaciones de Ava y su espléndida madurez física. También destaca en un entretenido thriller británico de 1975 donde la actriz compartía protagonismo con el inolvidable Dirk Bogarde y con Timothy Dalton: El hombre que decidía la muerte. Por último, Gardner descollaba en la fantasía de estrepitoso fracaso comercial El pájaro azul (junto a Jane Fonda y Cicely Tyson), la interesante cinta de terror La centinela (al lado de Christina Raines y Chris Sarandon) y en un drama de intriga donde ya realizaba un papel muy secundario pero todavía jugoso (El secuestro del presidente, donde el susodicho era el notable Hal Holbrook).
Intervino más tarde en varias producciones para la televisión, como Dardanelos y Falcon Crest.
Sufrió de cáncer uterino y se sometió a una intervención donde le practicaron hipersectomía. Murió en Londres de una pulmonía a los 68 años de edad.
Una de las primeras joyas que entrara a formar parte de su colección, fue el anillo de compromiso que le regalara Mickey Rooney el día que anunció su compromiso. Fue en una sonada fiesta en Romanoff. Mickey la obsequiaría con un fabuloso brillante de corte escalonado, con un peso de 6,35 quilates.
Como la mayoría de las mujeres de su generación, Ava amaba las perlas. Para su boda con Frank Sinatra en 1951 eligió llevar un collar de perlas de dos vueltas y unos pendientes de diamantes y perlas a juego.
Ava vivió en España 12 años, la actriz llevó diseños de Pertegaz, Elio Berhanyer o Balenciaga. Su naturalidad y su amor por los toros la llevó a llevar hasta mantilla.
Ava Gardner tenía un rostro tan extraordinario.
Uno de los trajes que lució en el rodaje de la película 55 días en Pekín.
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